Hoy, la Iglesia Católica celebra la solemnidad de San Pedro y San Pablo, dos pilares fundamentales del cristianismo.
San Pedro (Simón Pedro), pescador de Galilea, fue el primer Papa y custodio de las llaves del Reino de los Cielos. Murió crucificado boca abajo en Roma durante la persecución de Nerón.
San Pablo, antes Saulo de Tarso, perseguidor de cristianos, se convirtió tras un encuentro con Cristo en el camino a Damasco. Fue el «Apóstol de los Gentiles» y escribió gran parte del Nuevo Testamento. Sufrió martirio por decapitación.
Su legado de fe, sacrificio y evangelización sigue inspirando a millones alrededor del mundo.