Los círculos políticos de Venezuela están llenos de rumores y expectativas sobre la posibilidad de que el gobierno esté considerando convocar elecciones anticipadas. Esta maniobra podría desestabilizar a la oposición si logra concretar su proyecto de primarias previstas para el 22 de octubre.
Estos rumores han sido alimentados principalmente por el propio gobierno y el partido oficialista.
En octubre del año pasado, durante un acto de juramentación de las estructuras de bases electorales del Psuv, el presidente Nicolás Maduro se preguntó cuándo se celebrarían las elecciones. Indicó, de manera pícara, que el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, había sugerido que los comicios podrían realizarse en 2024 o antes. Maduro afirmó que tanto el gobierno como su partido estaban «preparados».
Además, en noviembre, Diosdado Cabello anunció durante una ceremonia en Mérida que estaban «preparados» para unas elecciones anticipadas si así lo decidiera el Consejo Nacional Electoral.
Actualmente, tras las renuncias de toda la directiva del CNE, la Asamblea Nacional está en el proceso de conformar un nuevo organismo electoral que supervisará las elecciones presidenciales.
¿Podría Maduro realmente adelantar las elecciones?
Según el politólogo y profesor universitario Wilfredo Páez, técnicamente no es posible, ni constitucionalmente, ya que las elecciones se realizan de acuerdo a los períodos formales de mandato. Sin embargo, en un país donde la institucionalidad es cuestionada y las decisiones importantes son tomadas por el Poder Ejecutivo, es posible que se busque agitar la situación política.
Es importante destacar que el Consejo Nacional Electoral se encuentra actualmente sin directiva debido a la renuncia de sus cinco rectores y suplentes. La Asamblea Nacional ha designado una comisión para seleccionar a los diez miembros necesarios para completar el número de 21, que nominará a los candidatos a nuevos rectores.
Además, no hay personal técnico capacitado para organizar el padrón electoral y la estructura regional, que incluye al menos 13,500 centros de votación. Todo esto sugiere que es improbable organizar elecciones anticipadas de manera efectiva y justa.
No obstante, Venezuela se encuentra en una situación compleja donde la autonomía del Consejo Nacional Electoral está en duda, lo que desvía del modelo de poder público en un país democrático típico.