Prof. Carmelo Narváez
Humberto Rondón mi buen Padre, ciento once estuvieras hoy cumpliendo, pero en el cielo junto a mi madre, de mis versos se estarán riendo……
A todos los jubilados, les dedico la brasa dominical , que nadie se ponga de lado, al brindar en la copa de cristal…Llegar a ser uno de tantos, sin discriminar el género, a ellas también me adelanto, pues dedican con gran esmero… El primer día de intenso trabajo, por la mente no pasa ser jubilado, no importan los altibajos, menos los días nublados… Levantarse de la cama muy temprano, la rutina del hombre y la mujer, no les acompaña el desgano, sino el trabajo siempre querer… Pasan días, meses y años, agradecidos siempre del gran creador, luego de darse un buen baño, al trabajo van con amor… Cuándo mijito saldrá la jubilación, no se preocupe que un día le llegará, y cuando al fin la ocasión, mañana temprano usted lo verá… Soy jubilado grita a media calle, sigue durmiendo y descansa lo suficiente, pero el hombre al mirar detalles, quiere abrazar a toda su gente… Soy jubilado anuncia en el portón, el portero lo mira sin compasión, cuando arrastra con el bastón, para llegar a la dirección… Permiso para sentarme en esta silla, que ayer a mí me alojó, pero como ya en otra villa, me marcho viendo el reloj… Feliz día amigos todos, con el retraso no por olvido, brindemos juntos levantados el codo, para la próxima que no nos agarre el descuido.
Felicitaciones a todos los jubilados, para ellos una vida mejor, y en los derechos acordados, se les trate con gran amor. La brasa dominical dedicada a ustedes.., a todos.