Y del pueblo humilde, engañado, por ambos lados, oprimido, desinformado, aislado y desorientado, en medio de la línea de violencia institucionalizada del régimen contra la vida, y el derecho a la libertad de expresión; la ausencia de un órgano de divulgación unificado de las fuerzas que resisten la opresión ; en la incertidumbre; esperanzado en su fe, en el presentimiento de sus instinto; que de muchas formas enfrenta las murallas que ha levantado el régimen; algunos se ríen, y observan despectivamente.
Escrito por Javier Garcia
De un pueblo que con hambre y sed, salud sensible, ha resistido y resiste, y seguramente; tengo el convencimiento, dirá presente en el combate, al llamado de un liderazgo renovado, comprometido y valiente.
Sin embargo, en algún lado de la población, hay un sector, que excluido de los índices de pobreza, digo, entre los económicamente poderosos y estables- con sus excepciones -no se percibe su aporte; apenas son llamados, se someten,se agachan, se arrodillan, se acomodan, sacando incluso, grandes beneficios, no importándoles, su contribución al estado actual de la opresión, a la destrucción de país, y el sufrimiento de nuestro pueblo. Es decir, sin ningún dolor, ni conciencia por nuestra patria.
A la grandes mayorías nacionales, trabajadores activos, del sector público y privado, a los pensionados y jubilados, profesores, maestros, docentes, a los jóvenes estudiantes liceístas y universitarios, a los desempleados, a los soldados, pequeños comerciantes y empresarios, no nos queda otra opción que la lucha.
La lucha por salvar a Venezuela, por sacudirnos este yugo, por liberarla.
Quienes amamos a Venezuela, que queremos quedarnos en ella, y verla felizmente liberada, reconstruida, recuperada, refundada.
A nosotros…
No nos queda otra fórmula; tengámoslo presente.
Por: Javier García
