No hay forma de maquillar la situación.
En todo es visible la maraña que ha sido tejida.
No hay forma de evadir el problema.
Es necesario demoler las murallas que han construido para sostenerse en el poder.
Las nombradas Fiscalía, Contraloría, Defensoría, AN,CNE, Tribunal Supremo de Justicia tal como como existen, deben ser renovadas y reformuladas, colocarlas al servicio de la nación, de la ciudadanía, de la reconstrucción moral y democrática de Venezuela.
No es una exigencia extrema, el país lo sabe;que todo hay que rehacerlo desde abajo.
Estos mecanismos que el régimen se ha forjado a su medida, son las alcabalas por las cuales pasa cada aspecto de la vida diaria.
En las primarias está su sello.
No hay forma de evadir el reto de este laberinto si queremos recuperar verdaderamente a Venezuela.
Lo enfrentamos ahora o más adelante, circunstancias más, circunstancias menos.
Para algunos, solo es razonable construir escenarios que le faciliten sus privilegios y comodidades particulares.
Pero no el que favorece a las mayorías.
La Venezuela democrática, próspera y decente es posible,y solo así puede ser útil, dándole sentido a su existencia, por encima de todas las consideraciones.
No queremos un paraíso para la delincuencia, para los capitales del crimen, un territorio que sirva de refugio a las mafias, un oasis del lavado, o para ciertos grupos políticos -económicos – financieros, como ya existen en el mundo.
Aspiramos nuestra República de Venezuela, la que lucharon nuestros próceres, la que seguimos luchando, la que lograremos, ni más ni menos.
A cada paso, cada tramo del sufrimiento nuestro, se siente el peso de esta urgencia, y nos indica el camino.
Es la ruta de la razón comprometida.
Hay factores que han hipotecado su agenda. No pueden ir más allá porque tienen límites. No esperemos más de ellos.
No esperemos mangos de la mata de tapara.
La Venezuela decente, democrática, que anhela firmemente ser libre, está obligada a enfrentar hasta derribar ese muro.
Están abiertas las puertas, los elementos a la vista, para que una alianza de la Venezuela que vale la pena se imponga.
Con o sin «primarias».
Una Alianza por la Asamblea Nacional Constituyente Originaria.
Por donde observes el panorama, todo conduce a ella.
Esa es la mandarria con la cual demoler la entramada.
Es una Alianza para construir el mañana.
Javier García